Todo
lo que pasó esa tarde, fue secreto y misterioso. El sol nunca brilló igual, con
un tono pardo que enrarecía todo y los animales escondidos es muy probable que
nos espiaran. Cuando después, volviendo, vimos esa serpiente, pensé: todo nos
protege, el miedo está en otra parte. Y era hermosa, con diamantes rojos sobre
un fondo barroso. Acariciarla hubiera sido un encanto.
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